3 CUOTAS SIN INTERÉS TODOS LOS DÍAS, TODOS LOS BANCOS

“Muchos años después de la candente mañana de febrero en la que Beatriz Viterbo murió, y de que Borges percibiera que en las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado el aviso de vaya a saber qué marca de cigarrillos rubios, mi abuela desplegó, en el suelo de su casa de verano, un afiche.

—Esta soy yo –me dijo sonriente y vanidosa–. De estos afiches había cientos y estaban por todos lados dispuestos en las tradicionales carteleras de hierro de las calles céntricas y grandes avenidas de Buenos Aires –me aseguró mientras me miraba de reojo como quien espía la admiración del otro.”

Así empieza este libro que se despliega, a través de una escritura luminosa y precisa, en los bordes de la autobiografía y la ficción. La historia familiar, centrada en la figura de la abuela y la fundación de un Balneario en el sur de la provincia de Buenos Aires, son el marco en el que la narradora nos sumerge. El tiempo, la infancia. Un rompecabezas en el que se mezclan Borges, un perro que sólo comprende órdenes en francés, Alfonsina Storni, un capitán encantador, un caballo asmático, un hotel en medio de la nada, un skate herido, Françoise Hardy, un naufragio, y siempre, testigo y actor, el faro.

A VECES EL FARO de Vera Palmeri

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“Muchos años después de la candente mañana de febrero en la que Beatriz Viterbo murió, y de que Borges percibiera que en las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado el aviso de vaya a saber qué marca de cigarrillos rubios, mi abuela desplegó, en el suelo de su casa de verano, un afiche.

—Esta soy yo –me dijo sonriente y vanidosa–. De estos afiches había cientos y estaban por todos lados dispuestos en las tradicionales carteleras de hierro de las calles céntricas y grandes avenidas de Buenos Aires –me aseguró mientras me miraba de reojo como quien espía la admiración del otro.”

Así empieza este libro que se despliega, a través de una escritura luminosa y precisa, en los bordes de la autobiografía y la ficción. La historia familiar, centrada en la figura de la abuela y la fundación de un Balneario en el sur de la provincia de Buenos Aires, son el marco en el que la narradora nos sumerge. El tiempo, la infancia. Un rompecabezas en el que se mezclan Borges, un perro que sólo comprende órdenes en francés, Alfonsina Storni, un capitán encantador, un caballo asmático, un hotel en medio de la nada, un skate herido, Françoise Hardy, un naufragio, y siempre, testigo y actor, el faro.