3 CUOTAS SIN INTERÉS TODOS LOS DÍAS, TODOS LOS BANCOS

Cuaderno —propone el título— de oficio; o sea: una invitación a adentrarnos en lo más íntimo de la poesía. Y el oficio de la poesía, que nos irá develando el libro, es humilde y tremendo: aprender a decir la verdad de la manera más clara y precisa posible.

“La poesía no sirve para quejarse”, “sólo admite / vida”; “La poesía nos ayuda: ver para afuera pero también ver para adentro”. Esa vocación de claridad y precisión, obviamente, no consiste simplemente en arriesgar aquí y allá frases de hondo calado. Es más compleja la forma en que van develándose los secretos de este Cuaderno de oficio: así “La poesía no sirve para nada. Esa es su mayor virtud”; pero también un poema lleva por título “Utilidad de la poesía a las tres de la mañana”: “Con los ojos abiertos en la oscuridad / pienso rimas: de silencio / todo lo que reverencio; / de naturaleza su delicadeza / o su fortaleza, aunque nada / me da”.

Para privilegiar la claridad y la precisión, el verso es libre, desasido; pero el oficio de la poesía consiste también en saber abrirse a lo imprevisto en el lenguaje, en dejar que el lenguaje obre, oficie, en nosotros. De ahí el uso de la rima: un uso asistemático, como para permitir que allí y acá, pero sin presionarlo, se manifieste el soplo de la palabra: hacer lugar para que la palabra dibuje “un paisaje / hecho de lenguaje”.

Alejandro Crotto, Revista otra parte

CUADERNO DE OFICIO de Mirta Rosenberg

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Cuaderno —propone el título— de oficio; o sea: una invitación a adentrarnos en lo más íntimo de la poesía. Y el oficio de la poesía, que nos irá develando el libro, es humilde y tremendo: aprender a decir la verdad de la manera más clara y precisa posible.

“La poesía no sirve para quejarse”, “sólo admite / vida”; “La poesía nos ayuda: ver para afuera pero también ver para adentro”. Esa vocación de claridad y precisión, obviamente, no consiste simplemente en arriesgar aquí y allá frases de hondo calado. Es más compleja la forma en que van develándose los secretos de este Cuaderno de oficio: así “La poesía no sirve para nada. Esa es su mayor virtud”; pero también un poema lleva por título “Utilidad de la poesía a las tres de la mañana”: “Con los ojos abiertos en la oscuridad / pienso rimas: de silencio / todo lo que reverencio; / de naturaleza su delicadeza / o su fortaleza, aunque nada / me da”.

Para privilegiar la claridad y la precisión, el verso es libre, desasido; pero el oficio de la poesía consiste también en saber abrirse a lo imprevisto en el lenguaje, en dejar que el lenguaje obre, oficie, en nosotros. De ahí el uso de la rima: un uso asistemático, como para permitir que allí y acá, pero sin presionarlo, se manifieste el soplo de la palabra: hacer lugar para que la palabra dibuje “un paisaje / hecho de lenguaje”.

Alejandro Crotto, Revista otra parte