LA VIDA FUTURA. En cada garrón una roldana, y a la noria. Hay una razón para que sea en la cima del infierno y no en su círculo más bajo, la matanza: así la gravedad juega a favor del capitalismo, así revela su carácter fatal la atracción que la Tierra ejerce sobre todo aquello que por sus dominios -vivo o cadáver-merodea-; dotado, claro está, de un cuerpo. Las ideas no vienen al caso. Después del golpe y el revolcón primero todo será un caer racional, mediado por los engranajes de la noria, ya no rodando sino rechinando, transformadas las reses en medias reses, en cadáveres blancos que a paso mecánico atraviesan las diversas secciones de la fábrica. Ellas se vengan hediendo: allá van suspendidas de los rieles; pero el olor no, el olor no se va.