En Muere, Monstruo, Muere las motos resuenan y atraviesan la pantalla como el aura difusa de una criatura ubicua: puede estar dentro, ­puede estar fuera de uno. Levantan grava, trizan las piedras del monte, rugen a lo lejos, pero son la falsa pista de una trama de ruido no más ­profunda que el caño de escape que la ejecuta. En este spin-off, acaso parodia de MWM, se infla aquel misterio absurdo, sonoro y delirante que convierte al monstruo en el paisaje: el horror de la inmensidad y de vagar en ella, sin límites, sin esperanzas, sin futuro. El terror de la ­libertad ­total. Si podemos hablar del horror cósmico de Lovecraft, también podemos hablar del horror cómico de Fadel. La libertad: un chiste que tiene su epicentro en la discusión esquizoide de un motoquero triplicado, perdido en ¿la pantalla o el paisaje? Como si hiciera uso del manifiesto plano y oneiric de Sokurov pero protagonizado por los fantasmas de Los tres chiflados, El Elemento Enigmático articula un poema sinfónico (música y diseño sonoro a cargo de j.crowe) y visual donde gases de colores, subrayados de nieve y brochazos minerales, nos plantean que la libertad no se cuestiona, ni se disciplina, no se la piensa, más bien se la experimenta como si no hubiera sueño del cual despertar y por ello: nuestro peor miedo racional y la gran broma cósmica del subconsciente.

El Lince

EL ELEMENTO ENIGMÁTICO - Alejandro Fadel y j.crowe (Slimbook)

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En Muere, Monstruo, Muere las motos resuenan y atraviesan la pantalla como el aura difusa de una criatura ubicua: puede estar dentro, ­puede estar fuera de uno. Levantan grava, trizan las piedras del monte, rugen a lo lejos, pero son la falsa pista de una trama de ruido no más ­profunda que el caño de escape que la ejecuta. En este spin-off, acaso parodia de MWM, se infla aquel misterio absurdo, sonoro y delirante que convierte al monstruo en el paisaje: el horror de la inmensidad y de vagar en ella, sin límites, sin esperanzas, sin futuro. El terror de la ­libertad ­total. Si podemos hablar del horror cósmico de Lovecraft, también podemos hablar del horror cómico de Fadel. La libertad: un chiste que tiene su epicentro en la discusión esquizoide de un motoquero triplicado, perdido en ¿la pantalla o el paisaje? Como si hiciera uso del manifiesto plano y oneiric de Sokurov pero protagonizado por los fantasmas de Los tres chiflados, El Elemento Enigmático articula un poema sinfónico (música y diseño sonoro a cargo de j.crowe) y visual donde gases de colores, subrayados de nieve y brochazos minerales, nos plantean que la libertad no se cuestiona, ni se disciplina, no se la piensa, más bien se la experimenta como si no hubiera sueño del cual despertar y por ello: nuestro peor miedo racional y la gran broma cósmica del subconsciente.

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