Hotel Triunfo - Liliana Campazzo
Poemas para una bitácora del dolor.
En Hotel Triunfo conviven dos libros. El primero describe el mundo de la poeta y su conciencia plena de estar en él: “Entre ser/ existir y estar/ elijo/ irme”. Esta declaración casi heideggeriana acaso confirma las dos portadillas iniciales; la que dedica el poemario “a todos los caminos” y la que informa que a veces se viaja “al lugar de las pesadillas”.
El segundo libro está compuesto por las otras dos secciones: el viaje desde el Atlántico hasta la Cordillera en el norte argentino, donde se encontrará con la muerte de la hermana. Atravesará medio país para ir y volver de la Patagonia a La Rioja en un viaje enhebrado por el dolor y la incertidumbre.
La mirada de la poeta retoma los lugares y los momentos tan suyos: señales en vidrios empañados, lluvias que desdibujan lo que se ve y, finalmente, “Las manos de mi hermana/ no se parecen a las mías/ la mesa de escribir tampoco”. Es el final y absoluto extrañamiento. Las cosas se han rebelado, tranquilas, lentas, suaves, como ese verso de Teillier señalado con un comentario doloroso “por soberbio” acaso donde el poeta chileno dice “conversé bajo el níspero cuyas hojas/ embriagan dulcemente/ el añejo sol del paso del invierno” (“tras releer a Li Tai Po”, en El molino y la higuera).
Gerardo Burton

