3 CUOTAS SIN INTERÉS TODOS LOS DÍAS, TODOS LOS BANCOS

Cuando parece que hay demasiadas palabras en el mundo encontrás Oro en la lejanía y encontrás demasiado mundo en las palabras. Un libro de velocidades: los viajes, los naufragios de migrantes, las heroínas del rescate mediterráneo, las detenciones arbitrarias en aeropuertos, los escapes de la poeta al Delta, las visitas de un pájaro tacuarita mientras escribe, y de nuevo, las barcas en la noche con su tarea bíblica (salir de Egipto), pero el mundo se detuvo un día. Detuvo el bien y el mal, el turismo y las migraciones. Y llega la quietud, la fijeza del gato en el techo que mira al halcón que mira a las palomas. La fijeza. El mundo tiembla y recuerda nuestra naturaleza fugitiva, la realeza del pathos que ofrece un muchacho “en el muelle contiguo” cuando “se desviste” y se saca su “camisa de trabajo”, “la coreografía de vuelos” de su baño en el río, el “tai chi en el agua”, “un ala de garza” o los brazos que extiende “como un biguá”. Pinceladas en los versos de Alicia pintan lo que la naturaleza pinta en nosotros: su presencia, su danza, nuestra sombra cazadora y recolectora.

Martín Rodríguez

ORO EN LA LEJANÍA de Alicia Genovese

$19.000,00
¡Solo quedan 2 en stock!
ORO EN LA LEJANÍA de Alicia Genovese $19.000,00
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • ALMENDRA LIBROS Somos una librería independiente ubicada en Palermo (a media cuadra de la estación Scalabrini Ortiz del subte D). No es un local a la calle, pero ofrecemos un punto de retiro GRATUITO en Av. Santa Fe y Scalabrini Ortiz (Palermo) de lunes a viernes en horario a convenir. Hacemos envíos a todo el país y al exterior.

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Cuando parece que hay demasiadas palabras en el mundo encontrás Oro en la lejanía y encontrás demasiado mundo en las palabras. Un libro de velocidades: los viajes, los naufragios de migrantes, las heroínas del rescate mediterráneo, las detenciones arbitrarias en aeropuertos, los escapes de la poeta al Delta, las visitas de un pájaro tacuarita mientras escribe, y de nuevo, las barcas en la noche con su tarea bíblica (salir de Egipto), pero el mundo se detuvo un día. Detuvo el bien y el mal, el turismo y las migraciones. Y llega la quietud, la fijeza del gato en el techo que mira al halcón que mira a las palomas. La fijeza. El mundo tiembla y recuerda nuestra naturaleza fugitiva, la realeza del pathos que ofrece un muchacho “en el muelle contiguo” cuando “se desviste” y se saca su “camisa de trabajo”, “la coreografía de vuelos” de su baño en el río, el “tai chi en el agua”, “un ala de garza” o los brazos que extiende “como un biguá”. Pinceladas en los versos de Alicia pintan lo que la naturaleza pinta en nosotros: su presencia, su danza, nuestra sombra cazadora y recolectora.

Martín Rodríguez