El punto de partida es una arenga infinita: todes cantando la misma canción, un subidón de aquellos, un coreo universal, vamos arriba, bien arriba ¿y después? después se pudre y los poemas que siguen trazan bocetos de posibles refugios: una búsqueda sin freno por lo increíble; la amistad (que “es una casa con paredes de colchón”); la latita; el hacer colectivo. Para llegar al piso es un libro inquietante que ante todo te llena de preguntas, te tira versos a la cara que caen como hachazos de honestidad.   Estamos ahora, donde todo parece ser sensible a la frivolización, donde el cover y la reescritura parecen una trampa sin salida, donde muches escritorxs hacen de sí mismes un producto. Por eso es poco frecuente leer un libro que tiene algo para decir, poemas que te interpelan, versos que te tocan. Celebro Para llegar al piso de Agustina Paz Frontera. Porque la poesía, como todo aquello que no sirve para nada, en ocasiones logra: “sentido, sentimiento, sensación”.