Leer Samar es entrar en una conversación, de las más hondas y conmovedoras, de las que llegan como un regalo, un viaje que te conduce a cerrar los ojos y guardar silencio para poder seguir contemplando un paisaje imponente y disfrutar del eco de las palabras, que por cómo se tejen, nos atraviesan.

Nuria Suaya recupera en sus poemas un sentido que la antecede, y crea uno nuevo, el propio, que le da cuerpo a esas “cosas que no se dicen en dos lenguas”. En su voz se erige una historiadora que rescata los nombres propios que perdió la historia, capaz de hacernos escuchar el sonido de las tristezas de un territorio, una patria, una familia; y de hacernos sentir el sabor de aquellos recuerdos dan vida.

En este libro se trazan las marcas que los elementos dejan en nosotros. Una tierra de la que se migra para poder contar pájaros en vez de balas en el cielo. El poder de fuego, que siempre es poder de daño. La posibilidad del mar, que también aloja su revés. 

¿Cuántas tierras se pueden oler en un árbol?, ¿de cuántos pasados nos puede hablar?, ¿cuántos significados nos puede devolver una línea verde? La poeta como un cedro, emblema y testigo nos cuenta, nos traslada, nos acompaña, nos responde.

La poesía de Nuria Suaya armoniza el dolor del pasado, los jardines en ruinas, los ríos secos, los gritos quemados, resiste y los transforma en un gran acto de amor que resguarda el futuro en el pecho de un pájaro. 

Patricia González López