TOMA de Sergio Alvez
El movimiento de Toma oscila entre el milagro de la naturaleza y la vanidad del humano que hace como si no se diera cuenta, como si lo importante estuviera en otro lado, como si fuera impermeable a los milagros, ocupado en ir y volver a casa hasta que una botella se va llevando parte de uno o una pelota viene y nos trae la epifanía de quiénes somos y fuimos siempre; ahí reverberan estas canciones a golpes de gong. Con pequeñas tomas, cultivando un compost orgánico de palabras con estos veinticuatro movimientos de conciencia, Sergio Alvez pone a rodar una película de ríos, arroyos, tierra, árbol y semillas, donde serán las cosas las que porten lo humano y nos den la valentía que necesitamos para habitar lo mágico que se esconde detrás del armario o para habitar el tiempo de otro modo, donde “todo el verano cabe en una siesta”.