COMPRAS SUPERIORES A 25 MIL ENVÍO GRATIS EN CABA - 3 CUOTAS SIN INTERÉS C/ SANTANDER RÍO (VER DÍAS)

SE OYEN GRITOS POR LAS NOCHES de Flavia Garione

$7.000,00
Entregas para el CP:

¡Genial! Tenés envío gratis Envío gratis superando los Medios de envío

  • ALMENDRA LIBROS ||| Somos una librería virtual ubicada en Palermo (a media cuadra de la estación Scalabrini Ortiz del subte D). ||| No es un local a la calle, pero ofrecemos un punto de retiro GRATUITO en Av. Santa Fe y Scalabrini Ortiz (Palermo) de lunes a viernes en horario a convenir. Hacemos envíos a todo el país.
    Gratis
Compartir

Un grito no es equivalente a una palabra. El grito es, por el contrario, una especie de lado B de las palabras: mucho más potente, incivilizado y revitalizante. Los gritos suelen marcar límites. Un grito no es equivalente a una palabra. El grito es, por el contrario, una especie. Se oyen gritos de chicas por las noches, de Flavia Garione, podría leerse así: como un llamado generacional parecido al de los Thundercats pero en clave de una escritura punk, feminista y neobarrocker, es decir, encriptada en sus propias efervescencias y chisporroteos barderos. Aunque acá el «bardo» no debería remitir tanto al descontrol como a la voz: me refiero a los nómades que deambulaban recitando y declamando sus poemas. A la vez hay algo de superpoder inútil en el modo que tiene Flavia de encarar su escritura poética: la pudorosa e inconfesable melancolía de una heroína del amor que se juega su última ficha entre el dolor y la nada. «¿Qué estoy haciendo acá engañando a todos?». Hay algo performático en cada verso, como si el poema tuviera un costado escénico y la voz se cargara de una amplificación actoral melodramática y satírica. Hay un llamado al riesgo, a jugársela, un llamado a organizarnos entre amigas y amigos, a corto plazo, pensar qué vamos a comer esta noche, cómo nos vamos a vestir para salir, qué música sonará en la lenta fiesta de despedida de una juventud que prometía ser eterna pero no; un llamado, por último, que es también –como en ese hermoso poema de Auden– un llamado a saltar sin mirar. ¿Se la bancan?

Matías Moscardi