La estructura de este libro está hecha con tendones, con pelos, con uñas, todos templados al fuego de pasiones extinguidas, y sólo la irreverencia de una escritura virtuosa nos redime del método: ahogar uno por uno los deseos en la fuente misma donde nacieron, con sutileza, como si fueran hijos amados cuyos cadáveres dejamos secar al sol, mientras los peinamos. (…)

El mayor mérito de esta poesía es el de arrojarnos un modo de percibir concreto, donde la promesa del mundo es una infección en la boca, un golpe en el estómago o una resistencia irreversible. Sepultados por los símbolos, escudriñar un sentido es una necesidad, no un mérito: pues cada noche soy un exiliado/ en las proximidades de tu risa. «Creo en lo fugaz, creo en lo fugaz, creo en lo fugaz», canta —con desconcertante voz de niña— una mujer, dispuesta a morir por eso, y ella misma es la que nos salva, dejándonos cara a cara con la imposibilidad, o mejor, con nosotros mismos.

Matías Nicolás Settimo

Toda belleza amante que colapsa - Marina Maggi

$15.500,00
$14.725,00 con Transferencia o depósito
Envío gratis superando los $80.000,00
No acumulable con otras promociones
¡No te lo pierdas, es el último!
Toda belleza amante que colapsa - Marina Maggi $15.500,00
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • ALMENDRA LIBROS Somos una librería independiente ubicada en Palermo (a media cuadra de la estación Scalabrini Ortiz del subte D). No es un local a la calle, pero ofrecemos un punto de retiro GRATUITO en Av. Santa Fe y Scalabrini Ortiz (Palermo) de lunes a viernes en horario a convenir. Hacemos envíos a todo el país y al exterior.

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

La estructura de este libro está hecha con tendones, con pelos, con uñas, todos templados al fuego de pasiones extinguidas, y sólo la irreverencia de una escritura virtuosa nos redime del método: ahogar uno por uno los deseos en la fuente misma donde nacieron, con sutileza, como si fueran hijos amados cuyos cadáveres dejamos secar al sol, mientras los peinamos. (…)

El mayor mérito de esta poesía es el de arrojarnos un modo de percibir concreto, donde la promesa del mundo es una infección en la boca, un golpe en el estómago o una resistencia irreversible. Sepultados por los símbolos, escudriñar un sentido es una necesidad, no un mérito: pues cada noche soy un exiliado/ en las proximidades de tu risa. «Creo en lo fugaz, creo en lo fugaz, creo en lo fugaz», canta —con desconcertante voz de niña— una mujer, dispuesta a morir por eso, y ella misma es la que nos salva, dejándonos cara a cara con la imposibilidad, o mejor, con nosotros mismos.

Matías Nicolás Settimo