En 1871, Arthur Rimbaud asiste o participa en la frustrada Comuna de París, la primera revolución antisistema de la Historia, y se asume definitivamente como poeta. Pero insiste... Hay que "cambiar la vida" y también "Hay que hacerse vidente (...) el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y meditado desarreglo de todas las formas del amor, el sufrimiento y la locura (...) agota todos los venenos y guarda sólo lo esencial (...) para convertirse en el gran enfermo, el gran criminal, el gran maldito y... el Sabio supremo" dice, como anticipando otra revolución: la revolución surrealista. Todo ello se cumple en sus dos obras maestras y definitivas: Las Iluminaciones y, sobre todo en ésta, su Temporada en el infierno. Después, a los 19 años, el poeta calla para siempre y se hace trashumante... Viaja constantemente. Recorre, muchas veces caminando, Europa, Chipre, Medio Oriente, África. Y hace de todo: explorador, soldado, desertor, traficante de armas... hasta que regresa gravemente enfermo a Francia y muere en 1891, a los 37 años. En 1871, Arthur Rimbaud asiste o participa en la frustrada Comuna de París, la primera revolución antisistema de la Historia, y se asume definitivamente como poeta. Pero insiste... Hay que "cambiar la vida" y también "Hay que hacerse vidente (...) el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y meditado desarreglo de todas las formas del amor, el sufrimiento y la locura (...) agota todos los venenos y guarda sólo lo esencial (...) para convertirse en el gran enfermo, el gran criminal, el gran maldito y... el Sabio supremo" dice, como anticipando otra revolución: la revolución surrealista. Todo ello se cumple en sus dos obras maestras y definitivas: Las Iluminaciones y, sobre todo en ésta, su Temporada en el infierno. Después, a los 19 años, el poeta calla para siempre y se hace trashumante... Viaja constantemente. Recorre, muchas veces caminando, Europa, Chipre, Medio Oriente, África. Y hace de todo: explorador, soldado, desertor, traficante de armas... hasta que regresa gravemente enfermo a Francia y muere en 1891, a los 37 años.

UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO de Arthur Rimbaud

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En 1871, Arthur Rimbaud asiste o participa en la frustrada Comuna de París, la primera revolución antisistema de la Historia, y se asume definitivamente como poeta. Pero insiste... Hay que "cambiar la vida" y también "Hay que hacerse vidente (...) el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y meditado desarreglo de todas las formas del amor, el sufrimiento y la locura (...) agota todos los venenos y guarda sólo lo esencial (...) para convertirse en el gran enfermo, el gran criminal, el gran maldito y... el Sabio supremo" dice, como anticipando otra revolución: la revolución surrealista. Todo ello se cumple en sus dos obras maestras y definitivas: Las Iluminaciones y, sobre todo en ésta, su Temporada en el infierno. Después, a los 19 años, el poeta calla para siempre y se hace trashumante... Viaja constantemente. Recorre, muchas veces caminando, Europa, Chipre, Medio Oriente, África. Y hace de todo: explorador, soldado, desertor, traficante de armas... hasta que regresa gravemente enfermo a Francia y muere en 1891, a los 37 años. En 1871, Arthur Rimbaud asiste o participa en la frustrada Comuna de París, la primera revolución antisistema de la Historia, y se asume definitivamente como poeta. Pero insiste... Hay que "cambiar la vida" y también "Hay que hacerse vidente (...) el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y meditado desarreglo de todas las formas del amor, el sufrimiento y la locura (...) agota todos los venenos y guarda sólo lo esencial (...) para convertirse en el gran enfermo, el gran criminal, el gran maldito y... el Sabio supremo" dice, como anticipando otra revolución: la revolución surrealista. Todo ello se cumple en sus dos obras maestras y definitivas: Las Iluminaciones y, sobre todo en ésta, su Temporada en el infierno. Después, a los 19 años, el poeta calla para siempre y se hace trashumante... Viaja constantemente. Recorre, muchas veces caminando, Europa, Chipre, Medio Oriente, África. Y hace de todo: explorador, soldado, desertor, traficante de armas... hasta que regresa gravemente enfermo a Francia y muere en 1891, a los 37 años.